La piraña es uno de los peces más agresivos que existen. Su cuerpo alto y comprimido lateralmente, su prominente cabeza y la situación de la boca le dan un aspecto muy llamativo visto de frente. Sus dientes son numerosos, pequeños y afilados. La coloración rojiza e intensa son muy características en esta piraña, localizadas principalmente en la región anterior del pecho y aletas pectorales.

Esta especie se reúne en grandes grupos de cientos e incluso miles de individuos, poco organizados, pero que actúan al unísono cuando alguna presa de gran tamaño se encuentra a su alcance. Si algún mamífero herido cae al agua, son capaces de olerlo a gran distancia. Seguirán el rastro y comenzarán a morder con gran agresividad y rapidez el cuerpo del animal, que en pocos minutos queda reducido a un conjunto de huesos.