Una de las preguntas más frecuentes de nuestros visitantes son, por una parte, ¿de dónde vienen los animales del zoo? y por otra, ¿qué hacemos con los que nacen en BIOPARC Fuengirola?
La respuesta parece evidente, pero sorprende a muchos. Lo primero es que los animales no se compran ni se venden, sino que se intercambian entre distintas instituciones zoológicas. Algo totalmente diferente al funcionamiento de los antiguos zoológicos, hace veinte o treinta años. Actualmente, los animales no tienen un valor económico, sino su valor es puramente de CONSERVACIÓN.
A partir de los años 70, comenzó a desarrollarse un cambio generalizado sobre la necesidad de conservar las especies y la naturaleza, y esto hizo que muchas instituciones zoológicas comenzarán su proceso de transformación hacia lo que hoy conocemos como zoos del siglo XXI. Los trabajos con animales evolucionaron para garantizar su bienestar y estos pasaron de ser meras colecciones para convertirse en piezas claves para la conservación de sus especies.
Una labor que evoluciona para desarrollarse en cooperación, a través de la EAZA
Un exitoso proyecto de cría en cautividad no podía llevarse a cabo de forma individual. Y es que, un solo zoo no tiene espacio para hacer crecer la población de animales y, además, se enfrenta a riesgos importantes como aparición de enfermedades o los efectos de la consanguineidad si se reproducen animales emparentados -afectando a la fertilidad, la supervivencia de las crías o produciendo anormalidades genéticas-.
Para evitar aspectos como estos y fomentar la cooperación entre las instituciones zoológicas que trabajan en la cría y protección de especies, se creó la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) en 1992. Dentro del marco regulador de la EAZA, las poblaciones de animales manejan de forma coordinada y con un claro fin: promover el bienestar, el conocimiento científico y la conservación de las especies.
¿Cómo funciona esta idea en la práctica? Cada zoo que entra a formar parte de la EAZA pone a disposición a su disposición a los animales que ya tenía. Digamos que cede la “propiedad” de los individuos para que se manejen de forma común en toda Europa. Al mismo tiempo, si un zoo quiere empezar a trabajar con una especie determinada, solo tiene que pedirlo a la EAZA.
Cada especie cuenta con un programa específico de conservación, un coordinador y un grupo de trabajo dedicado a recopilar la información de las instituciones zoológicas de toda Europa. Estos establecen las mejores maneras de cuidarlos y alimentarlos y además planifican el emparejamiento cada individuo y a qué zoo deben destinarse las crías resultantes. El trabajo coordinado y homogéneo en todos los zoos que participan en el programa, permite garantizar el bienestar de todos los animales y que sea muy fácil la adaptación cuando van a otro zoo ya que los cuidados serán muy similares.
Los programas ex situ (EEP) de EAZA tienen como objetivo conservar poblaciones sanas de animales y lograr que estas sean demográfica y genéticamente sostenibles
Todos los animales de la EAZA deben provenir de una fuente confiable y acompañados de toda la documentación legislativa relevante. Cualquier detalle sobre la salud, la dieta/nutrición, el estado reproductivo y genético y el comportamiento que pueda afectar al manejo de un animal que se transfiere (u otros animales del grupo en la institución receptora) debe divulgarse entre zoos.
¿Un ejemplo?
En BIOPARC Fuengirola queríamos colaborar en la conservación del tigre de Sumatra. Está críticamente amenazado y existe un programa de la EAZA, un EEP (Programa Europeo ex situ) trabajando para coordinar su cría en cautividad y la conservación de la especie en el campo.
En su momento, solicitamos participar en este EEP y aportamos informes sobre el estado de nuestras instalaciones o los diferentes manejos que llevaríamos a cabo con esta especie, con el fin de evaluar si estábamos capacitados para este cuidado. Una vez aprobados, el coordinador del programa nos asignó a dos tigres jóvenes, provenientes de un zoo en Alemania y otro en Inglaterra. Una vez en Fuengirola todo el equipo debe seguir las directrices de cuidados para los tigres y recomendaciones de reproducción. Cuando fueron naciendo cachorros de tigre en nuestro centro, el coordinador del programa pudo planificar y darnos instrucciones concretas para enviar a los jóvenes tigres, una vez fueran independientes, a los zoos adecuados para que pudieran reproducirse allí, con las parejas seleccionadas por el programa.
Todo este manejo y traslado de animales es realizado sin ningún tipo de contraprestación económica. Un desplazamiento necesario para que los animales tengan garantizadas las mejores oportunidades y condiciones de reproducción.
Y unas exigencias por parte del EEP que aseguran que, si algún zoo no está cuidando adecuadamente a los animales, el programa los retire y ponga a disposición de otro centro dónde sí garantice los cuidados necesarios.
En algunos casos, cada zoo cumple con un papel diferente
En el caso de los lémures, en BIOPARC Fuengirola mantenemos un grupo de machos solteros de lémur blanquinegro. Es un problema frecuente en especies el manejo de los machos, ya que muchas veces podemos tener un grupo de un macho con varias hembras, pero dos machos adultos no se toleran en el mismo territorio.
En la naturaleza cuando los jóvenes machos se independizan de su grupo natal, forman pequeños grupos de “solteros” hasta que algunos de ellos son capaces de hacerse con el control de un territorio y alguna hembra para formar un nuevo grupo. Esto se imita también en los zoos y a algunas de ellos les toca el papel de cuidar a estos machos hasta que haya una necesidad en algún otro centro de incluir un macho o formar un nuevo grupo.
El programa de la EAZA de lémures blanquinegros nos pidió hace unos años que enviáramos a uno de nuestros solteros a otro zoo en Dinamarca para que formar una familia con dos hembras allí.
Todo este manejo cooperativo de las distintas especies supone un reto para todos los parques zoológicos. Por un lado, exige un trabajo intenso de los coordinadores de los distintos programas y, por otro, supone un mayor esfuerzo para los centros involucrados en cuanto a transportes de animales, requerimientos sanitarios y legales para trasladar un animal a otro país en Europa y, por supuesto, el trabajo de adaptación de nuevos animales.
Todo este esfuerzo está justificado para cumplir la estrategia global de conservación de los nuevos parques zoológicos: mantener una población de animales saludable y estable, salvaguardándola por si fuera necesario usar la descendencia de esas poblaciones para repoblar el hábitat en el caso de una extinción.
Para nosotros siempre tiene un lado triste cuando uno de los animales que ha nacido en Fuengirola y debemos trasladarlo a otro centro. Por otro lado, es ley de vida que los jóvenes tengan que afrontar la aventura de colonizar nuevos territorios y formar nuevas familias para preservar el futuro de su especie.
Jesus Recuero
Director técnico, veterinario y conservador en BIOPARC Fuengirola