El pasado mes de junio el personal técnico del Centro de Gestión del Medio Marino de Algeciras identificaba un nido de tortuga boba en la playa de Nueva Andalucía, en Marbella. Sesenta y nueve huevos fueron identificados y protegidos. Tras asegurar que todos los huevos localizados se encontraban en perfecto estado y que el nido se situaba en un lugar seguro, el CEGMA, organismo dependiente de la Junta de Andalucía y gestionado por la ONG Seashore Fauna, solicitó ayuda a BIOPARC Fuengirola para que participara en esta identificación y posterior incubación controlada de nuevos huevos del nido.
Ahora 49 días después en los que el equipo de BIOPARC Fuengirola ha desarrollado un estricto protocolo con el que garantizar los mismos niveles de humedad, temperatura e iluminación que en su nido original, han eclosionado ocho huevos.
Durante todo este tiempo, el equipo de Herpetología ha estado en contacto con los técnicos del CEGMA para compartir datos referentes al estado de ambas incubaciones. “En nuestro caso, al contar con acceso directo a los huevos, sí podemos ver el estado real de todos. Estos datos los facilitamos para ellos puedan extrapolarlos al nido que se encuentra en la playa. Cuando aquí ya apreciábamos venitas o movimientos, allí debería de haber sido lo mismo”, explica Milagros Robledo, responsable de Herpetología.
El proceso de incubación en el centro de conservación ha transcurrido entre dos incubadoras diferentes, que los técnicos han mantenido a una temperatura de 30,5 y 29,5 grados centígrados. “De los nueve huevos, finalmente han eclosionado de forma exitosa ocho. Uno de ellos no llegó a calcificarse y durante la incubación hemos ido observando cómo era posible que fuera infértil”.
Con esta incubación controlada el parque ayuda a garantizar la viabilidad del mayor número de huevos posible
La decisión de trasladar nueve huevos a una incubación controlada no es algo casual. Con esta actuación, se asegura una representación de la puesta que siga adelante de forma exitosa, en el caso de una tormenta, inundación del nido o predación o saqueo de huevos. Un protocolo de actuación común que se pone en marcha con todos los nidos de tortugas identificados en las costas de España.
Durante este mes y medio, el equipo de Herpetología a realizado un seguimiento diario del estado de los huevos, controlando en todo momento los niveles anteriormente nombrados. Por su parte, los técnicos del CEGMA han realizado un monitoreo del estado de la temperatura y la humedad del nido localizado en la playa marbellí, a través de varios data loggers con los que han recopilado esta información sin necesidad de abrir el nido e interrumpir la incubación.
En el caso de las crías nacidas en BIOPARC Fuengirola, pasarán un periodo de cuarentena de unas cuarenta y ocho horas antes de ser trasladados al CEGMA de Algeciras, junto con las crías nacidas en la playa. Aunque en un entorno natural, al nacer caminarían directamente hacia el mar, el pequeño tamaño de estas tortugas marinas les convierte en presa fácil para peces o gaviotas. Deberá pasar un año hasta que sean liberadas al mar, momento en el que su tamaño garantizará su supervivencia en la gran y larga travesía que les espera por el mar.
Futura equipación con marcadores satelitales una vez liberadas al mar
Llegado el momento de esa liberación al mar, algunas de las tortugas pertenecientes a esta puesta serán equipadas con marcadores satelitales con los que realizar un seguimiento de sus trayectos en el medio natural. En el caso de las incubadas en BIOPARC Fuengirola, cinco de las ocho irán equipadas con este dispositivo. “Este seguimiento nos aportaría valiosa información sobre el desarrollo de estos individuos una vez superado el primer año de vida y si hay algún cambio en los patrones de dispersión y de supervivencia en las que se han incubado artificialmente frente a las que han nacido de forma natural en la playa”, explica Rosa Martínez, veterinaria en BIOPARC Fuengirola.
La incubación controlada de nueve huevos de este nido se convierte es la segunda vez que el centro de conservación malagueño colabora con el CEGMA. Ya lo hizo en 2020 con la incubación de algunos de los huevos de un nido de tortuga boba localizado en las playas de Fuengirola. Un año después participaba en la suelta de un grupo de crías de tortugas bobas (Caretta caretta), en la playa de los Boliches y la de Cabo Pino, entre las cuales se encontraban algunas equipadas con los marcadores satelitales anteriormente nombrados conociendo hasta día de hoy las áreas visitadas tras su liberación.