Tres años después, los visitantes pueden seguir contemplando la enorme evolución de esta cría. A pesar de que ha crecido bastante, aún continúa siendo el pequeño del grupo y acapara las atenciones tanto de los miembros de su familia como de los visitantes que tienen el privilegio de disfrutar de esta maravilla del mundo animal.
Ekan ha pasado de estar las veinticuatro horas del día en el regazo de la madre, a explorar continuamente toda la instalación e interactuar continuamente con el resto de los miembros del grupo, Echo -su padre- y Wefa, la otra joven hembra. Poco a poco, Ekan irá independizándose y experimentando cambios sociales. Hasta los cuatro o cinco años, la evolución del pequeño estará marcada por el carácter del macho y su poder en el grupo, por lo que es esencial la relación que está estableciendo con esta figura.
Este crecimiento y apertura de relaciones con el resto de los gorilas está permitiendo a los cuidadores comenzar a establecer pautas de entrenamiento para facilitar posibles manejos futuros.
Casi 20 años trabajando para proteger y conservar a esta especie
Bioparc Fuengirola colabora desde 2004 en la conservación de la especie, año en el que recibió un grupo no reproductor de gorilas formado por dos hembras y un macho. Tras la pérdida del macho Ersnt en 2017, debido a su avanzada edad, la EAZA y el coordinador del Programa Europeo de Especies en Peligro (EEP) no dudó en asignar al parque la misión de acoger un grupo reproductor de estos primates y afrontar un papel activo en el programa.
La larga experiencia y el profundo conocimiento sobre gorilas del equipo fue decisivo para esta asignación. Este nuevo grupo reproductor comenzó a formarse con la llegada, en 2018, de Echo y Buu. Lo completaría la joven Wefa, en 2019, y continuaría el camino el nacimiento de Ekan.
Programa de conservación del gorila de llanura: una especie en grave peligro de extinción
Se trata de uno de los primeros programas de conservación puestos en marcha por la EAZA y gracias al cual se ha logrado una población de 463 individuos; un logro conseguido gracias al trabajo coordinado de 69 instituciones zoológicas europeas. A pesar de este importante logro que garantiza la supervivencia de la subespecie, los gorilas occidentales de llanura siguen estando en grave peligro de extinción en la naturaleza.
El Bioparc malagueño es el único parque en Andalucía en el que se puede contemplar esta impresionante especie. Y es, también, uno de los cinco parques españoles donde se puede ver una familia completa de gorilas.
Un trabajo que traspasa fronteras
El trabajo desarrollado en Bioparc Fuengirola, Bioparc Valencia, Bioparc Acuario Gijón, y la Fundación Bioparc, no sólo se reduce a los parques, sino que también es ampliable a los hábitats naturales de los provienen estas especies.
En el caso del gorila de llanura, la Fundación Bioparc coopera estrechamente desde 2012 con el programa Ebo Forest Research Project, una iniciativa que trabaja en la protección de la población de gorilas del bosque de Ebo, en Camerún. Este proyecto promueve, sobre todo, que se instaure la figura de protección de más alto nivel en África, el Parque Nacional, en el bosque de Ebo, lo que reduciría en gran medida las mayores amenazas a las que se enfrentan este bosque y sus habitantes: la caza furtiva y la extracción ilegal de recursos del bosque.
Uno de los últimos logros fue la puesta en marcha de una campaña de sensibilización a nivel internacional cuando, en plena pandemia, el bosque estuvo a punto de ser talado y transformado en una plantación de palma aceitera, desastre que solo pudo ser detenido mediante la presión internacional directa al mismo Gobierno de Camerún.
Gracias al apoyo de la Fundación Bioparc, entre otras entidades conservacionistas de todas las partes del planeta, y al visitante comprometido de Bioparc, hoy los gorilas del bosque de Ebo, y otras muchas especies animales y vegetales, conservan la selva donde viven.