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Los nacimientos y las llegadas de nuevos miembros han marcado la vida en Bioparc Fuengirola
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Los entornos de vegetación y ruinas también se han transformado
Como un ser vivo, las selvas tropicales de Bioparc Fuengirola llevan 17 años desarrollándose y albergando las asombrosas historias de más de 200 especies en peligro de extinción de África y Asia. En este último año han destacado varios nacimientos que suponen un éxito en los programas de conservación europeos y también han sido un reclamo y, todo un acontecimiento, para muchas de las personas que han visitado el parque y, han vuelto. Nimba, cría de hipopótamo pigmeo o Bao y Bab, mellizos de lémures de cola anillada son algunos de ellos.
Otros han sido la cría de lémur macaco, la cría de gibón de mejillas doradas o las crías de talapoines norteños. En 2017 también hemos podido observar como una pareja de avefría militar y de paloma coronada han criado hermosos pollitos así como los 11 nacimientos de flamencos. Y en el reino de los reptiles las iguanas rinoceronte nos han sorprendido con una puesta de 18 huevos tras excavar un túnel de más de metro y medio de profundidad y volver a cubrirlo.
Pero además de los nacimientos, hemos celebrado el primer cumpleaños de Kalimantan, para muchos Kali, cría de orangután de Borneo y las llegadas de Maggie y Mafalda, hermanas de panda rojo o de Harau, joven tigre de Sumatra de apenas dos años de edad.
No solo la vida se ha transformado. La vegetación sigue creciendo; los ríos han creado nuevas riberas para pelícanos orientales y cormoranes y las ruinas del templo Khosmal, donde habitan los dragones de Komodo, se han extendido hasta llegar al entorno de orangutanes de Borneo y panda rojos, creando nuevos escenarios adaptados para sus habitantes. Estas ruinas, un esqueleto de lo que antiguamente sería una torre de la cultura Jemer de tres pisos y 8 metros de altura, es ahora el hogar de los orangutanes y sus muros, surcado por agua y dominados por la vegetación, son el lugar preferido de descanso para los panda rojos.
Todo ello junto a actividades y nuevos proyectos para 2018 hacen que los socios de Bioparc Fuengirola, con sus pases anuales, tengan la oportunidad de hacer una escapada cualquier día del año para conocer y seguir, muy de cerca, cómo se desarrolla la vida en la selva y disfrutar de una de las mejores actividades en la provincia de Málaga y Andalucía. Pues 2018 ya está siendo un año para recordar. En apenas unas semanas, Bioparc Fuengirola ha celebrado nuevos nacimientos, está en plena construcción de un nuevo restaurante y, además, está adaptando el entorno de gorilas para pronto albergar a más miembros de la especie.