El compromiso de Bioparc Fuengirola con la protección de especies amenazadas sigue dando frutos. El parque ha anunciado que sus tortugas gigantes de las Galápagos, llamadas Hera y Atenea, están desarrollando huevos, un paso significativo para la conservación de esta emblemática especie en peligro de extinción.
La noticia supone un avance en los esfuerzos globales para preservar a las tortugas gigantes, cuya población ha sufrido un drástico declive debido a la destrucción de su hábitat, la introducción de especies invasoras y la caza histórica. Este proceso de reproducción, considerado complejo en cautividad, es una señal esperanzadora para la especie. Tras la llegada en 2024 de Hermes, el macho del grupo que habita el parque, el equipo de cuidadores trabajó para que se adaptara con éxito a la instalación y formara grupo con las dos hembras. Esta noticia lo confirma.
El equipo de Herpetología y Veterinaria de Bioparc Fuengirola está llevando a cabo un seguimiento exhaustivo de los huevos, monitoreando la salud de las hembras y las condiciones ambientales para garantizar el mejor desarrollo posible. Si todo progresa según lo esperado, las eclosiones podrían ocurrir en los próximos meses, marcando un hito sin precedentes en España.
Datos curiosos sobre el proceso de incubación: adaptabilidad a las condiciones climáticas
En el fascinante mundo de las tortugas, el periodo de incubación de sus huevos varía entre 6 y 8 meses, dependiendo de la temperatura del ambiente que los rodea. Pero aquí no termina la magia, ya que esta misma temperatura tiene un papel crucial en el sexo de las crías: si el calor del nido supera los 29°C, la mayoría serán hembras, mientras que temperaturas más frescas darán lugar a machos.
Lo sorprendente es que en una sola puesta de huevos puede existir una diferencia de hasta una semana entre el nacimiento de la primera y la última tortuga, como si cada una tuviera su propio reloj biológico. Este proceso demuestra cómo la naturaleza ajusta, con asombrosa precisión, el desarrollo de estas criaturas dependiendo de factores tan sencillos pero determinantes como el clima.
BIOPARC Fuengirola trabaja en la conservación de la subespecie Chelonoidis niger desde 2013
Todas las subespecies de tortugas gigantes se encuentran amenazadas, pero algunas de ellas, como por ejemplo la Chelonoidis niger, ya se encuentra extinta en libertad. Eran la subespecie de la Isla de Floreana, en el archipiélago de las Islas Galápagos. Por este motivo, es esencial la labor que realizan los centros de conservación como BIOPARC Fuengirola con la misión de reproducirlas para garantizar una posible reintroducción en su medio natural.
Hasta la llega de este macho, el parque de animales malagueño albergaba dos hembras, ambas de 29 años. A pesar de la edad que tienen, son todavía muy jóvenes porque su esperanza de vida supera con creces los 100 años, existiendo algunos ejemplares conocidos que han superado esta edad. Son herbívoros al cien por cien y de muy fácil manejo y entrenamiento, algo que sus cuidadores trabajan día a día para garantizar su bienestar y permite al equipo veterinario realizar los chequeos necesarios como, por ejemplo, análisis de sangre o ecografías.
Bioparc Fuengirola refuerza así su posición como referente en la conservación de especies amenazadas, fomentando la conciencia pública sobre la importancia de proteger la biodiversidad del planeta.