En la conservación de especies es fundamental conseguir y mantener el máximo bienestar de los animales. La consecución de estos objetivos incluye alimentarlos con una dieta equilibrada, hacerles revisiones veterinarias periódicas, velar por su calidad de vida y fomentar los comportamientos que habitualmente tendrían en su hábitat natural. Esto último es lo que logra el equipo de Zoología de Bioparc Fuengirola, a través de variados enriquecimientos que van desde alimentaciones especiales, alteraciones de elementos en el espacio donde viven e incluso estimulaciones sensoriales, entre las que se encuentra el uso de feromonas para especies como el tigre de Sumatra o el leopardo de Sri Lanka.
A través de esta provisión de estímulos externos, los cuidadores del centro de conservación malagueño potencian comportamientos naturales iguales a los que podrían producirse en plena naturaleza. Una de estas prácticas se realiza haciendo uso de feromonas sintéticas que se esparcen por parte del espacio que ocupan estos felinos en el parque.
Se trata de una sustancia que los propios animales generan y que cumple funciones como la modificación del comportamiento sexual, la alerta frente a posibles situaciones de peligro o incluso simplemente hacer que la comunicación entre individuos de la misma especie sea más eficiente.
Feromonas para fomentar actitudes similares a las que los tigres o leopardos muestran en la naturaleza
Con casi cuarenta veces más células olfativas sensibles al olor que los humanos, los felinos cuentan con un desarrollado sentido del olfato del que no solo hacen uso para cazar, sino también para comunicarse entre ellos, identificar si los alimentos son seguros o establecer límites territoriales. Esta habilidad hace que los enriquecimientos sean esenciales.
“Uno de los enriquecimientos activos que ponemos en marcha es el olfativo. Este lo desarrollamos a través de la puesta de rastros en las instalaciones, heces de otros animales que puedan ser sus presas potenciales o simplemente con ropa del propio olor del cuidador. El hecho de que este permanezca en una zona más tiempo del habitual ya es un rastro olfativo para que el felino esté alerta”, explica Antonio Garrucho, responsable de Zoología de Bioparc Fuengirola.
Para realizar esta estimulación es común que los cuidadores usen perfumes, ya que los animales presentan una alta sensibilidad a los olores. Esta actividad se convierte en una especie de divertido desafío que evita el aburrimiento en los animales y hace que se mantengan mental y físicamente activos.
Enriquecimientos para evitar la estereotipia en animales
Un buen enriquecimiento apoya y fomenta el comportamiento natural. Es importante destacar que debe proporcionar al animal diferentes opciones, dándole un mayor grado de control sobre su entorno. Y también que los enriquecimientos sean eficientes y existan diferentes métodos para no desensibilizar, sino estimular continuamente a los animales.
“En cautividad tienen la comida asegurada, que es la principal razón por la que se mueven o desplazan en libertad. Por lo que darle una serie de enriquecimientos que fomenten estas actitudes es un beneficio total. Tenemos que lograr que su día no sea meramente descansar y esperar a la hora de entrada a sus cobijos”, señala Garrucho.
Además, estas estimulaciones, ya sean activas o pasivas, ayudan a abordar el comportamiento estereotipado que expresan algunos animales. Un fenómeno frecuente en grandes felinos.
“Hemos conseguido trabajar y mejorar este tipo de comportamientos con un trabajo continuo de enriquecimientos estructurales mejorando el ecosistema del animal, y potenciando ciertos comportamientos”.
La territorialidad de los felinos hace que el patrullaje sea habitual en ellos, pero la realización de esta acción de forma reiterada o en un punto fijo del recinto, hace que se cree lo que se conoce como estereotipias. “Se trata de uno de los fenómenos contra el que más hay que luchar en los centros de conservación, sobre todo cuando se trata de animales carnívoros. En nuestro caso con solo romper una determinada estructura de visión de la zona en la que viven y otros cambios en las instalaciones, hemos logrado reducir la estereotipia”, concluye Garrucho.
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Rocío Barquero Morón
Área de Comunicación – Bioparc Fuengirola
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