El tronco hueco de un árbol con la cavidad de acceso cerrada y tan solo una pequeña ranura que conecta sus picos con el exterior; este es el hogar de la hembra de cálao durante todo el periodo de anidación que puede alargarse hasta cuatro meses. En este espacio reducido, de unos cuantos centímetros de ancho, tiene lugar la puesta e incubación de sus huevos, la posterior eclosión y el crecimiento temprano de los polluelos durante sus primeros meses de vida. Ella y los pequeños permanecen a salvo de las amenazas del exterior y sobreviven gracias al alimento que su padre les entrega a través de una estrecha ranura, dejada concienzudamente durante la construcción del nido. Madre y polluelos dependen de ello. Si el padre muere o es cazado, ellos también.
Esta es la curiosa anidación de los cálaos. Un proceso que para su conservación supone todo un reto replicarlo y, lo más importante, llevarlo a feliz término. Y eso es lo que han logrado con creces los equipos de Veterinaria y Zoología de Bioparc Fuengirola. Una vez más, una pareja de cálaos ha concluido de forma exitosa su cortejo, cópula e incubación en el parque. En esta ocasión, la pareja de cálaos gorginegros que alberga se han convertido en padres de dos preciosos polluelos.
Aunque ambos nacieron la última semana de junio, no ha sido hasta ahora cuando la madre ha decidido salir al exterior rompiendo la cavidad del nido con su pico y la ayuda de los polluelos. Por fin, todos juntos en el mismo espacio. Desde el primer momento el contacto entre padres y polluelos fue bueno y las reacciones entre ellos también.
El equipo de cuidadores, lejos de quedarse tranquilos ya con los polluelos fuera del nido, ahora deben estar aún más vigilantes de las posibles agresiones entre ellos, frecuentes en esta especie y en este período. Por este motivo, la vigilancia de la familia se ha intensificado, antes a través de la cámara de videovigilancia instalada en el techo del nido, y ahora directamente desde el mismo punto de visión que tiene el público que visita el parque. Los visitantes podrán contemplar a esta colorida familia y ver cómo evoluciona la relación entre ellos.
Un cortejo previo lleno de particularidades
Las hembras de cálao son muy selectivas. La estimulación que logre el macho es fundamental para que esta ovule, permita el apareamiento y ponga huevos fertilizados. El cortejo se inicia con un juego de aleteo y un acercamiento entre ellos. Durante los días que dure
este proceso, el macho coquetea con la hembra, juega con ella y le da pequeños ‘regalos’ en forma de alimento. Una vez que la hembra acepte al macho, se aparearán. En definitiva, el macho tiene que convencer a la hembra de que es el adecuado.
En el caso de que finalmente haya una puesta, su vida y la de los polluelos dependerá al cien por cien de él. Será el responsable de alimentar y proteger a la hembra y a las crías. Si todo ha sido un éxito, la hembra se refugiará en la cavidad de un árbol para comenzar la puesta. Un espacio que es sellado por ambos progenitores para proteger al nido de posibles predadores.
Este particular proceso y los pasados fracasos han hecho que el equipo realice mejoras tanto en la junta de estos cálaos como en sus instalaciones, pero también el éxito obtenido el pasado año con el nacimiento de dos polluelos de cálao de las Bisayas, ha hecho que puedan perfeccionar todos los cuidados necesarios.
Uno de los puntos clave para el cuidado de estas aves es su alimentación, ya que su dieta debe ser estrictamente controlada con alimentos con bajo contenido en hierro, ya que un exceso podría producirles enfermedades serias por acumulación de este compuesto en sus hígados. La dieta de estas increíbles aves se compone mayoritariamente de frutas, pero cuidadosamente seleccionadas siempre con bajo contenido en hierro o con cantidades reducidas de vitamina C, sustancia que favorece la absorción de hierro en el tracto digestivo.
Cuatro programas de conservación diferentes dedicados a los cálaos
En 2018, Bioparc Fuengirola ampliaba el número de programas de conservación ‘ex situ’ en los que participaba dentro de la EAZA, con tres EEP dedicados a la preservación y protección de tres especies de cálaos: el cálao bicorne, el cálao de Papúa y el cálao gorginegro. Estas se sumaban el cálao de las Bisayas. Con estos cuatro programas de conservación y los nacimientos de cálaos de las Bisayas y gorginegro, el parque de animales malagueño se sitúa como el más activo de España en la conservación de estas aves exóticas, albergando cuatro de las dieciséis especies descritas hoy día, todas ellas amenazadas.
La pérdida de hábitat y la actividad humana son las principal amenaza del cálao gorginegro
El cálao gorginegro (Rhyticeros undulatus), es una de las especies más características de los boques tropicales del Sudeste asiático. Como miembros de la exótica familia de los cálaos, estas aves son carismáticas, coloridas, muy reconocibles; y están amenazadas por la caza furtiva.
Los cálaos están amenazados por la destrucción de su hábitat. La tala de grandes áreas de selva tropical ha menguado los bosques de los que estas aves dependen para reproducirse y obtener alimento y refugio. Los estudios más recientes llevados a cabo por la UICN, catalogan a esta especie como ‘vulnerable’. Su población está en decrecimiento y tal y como asegura esta institución; de seguir así, esta podría reducirse hasta un 50 por ciento en unos cincuenta años.