Todos hemos odio alguna vez el refrán “la primavera, la sangre altera” y la sabiduría popular de este refranero tiene su fundamento biológico. Y es que, el aumento de las horas de luz solar y la subida de las temperaturas dan lugar a un clima mucho más templado, y junto al crecimiento de plantas y frutos, convierten a la época primaveral no solo en la perfecta para recolectar alimentos, si no también para el apareamiento.
Durante estos meses, se produce un cambio sustancial en las hormonas de muchos animales. Esta alteración es la responsable del celo y la estimulación del deseo sexual. “Determinadas hormonas, como la dopamina y la oxitocina, conocidas como hormonas del amor, junto con el aumento de las horas de luz, las lleva a dispararse y de ahí que en estas fechas en BIOPARC Fuengirola ‘el amor esté en el aire”, señala Antonio Garrucho, responsable de Zoología.
“Esta época es clave para las especies, pues claramente sin reproducción no estarían aquí. Todo lo que ocurre en el medio natural está enfocado a ello, provocando la fructificación de muchas plantas y proliferación de insectos que garantizaran el futuro de las nuevas generaciones, incluyéndonos a nosotros”.
En el caso de las aves, estas muestran sus mejores galas con el objetivo de conquistar al sexo contrario
Gran parte de las más de 200 especies que alberga BIOPARC Fuengirola se encuentran en plena época reproductiva, principalmente aves y reptiles. Los primeros dejan ver sus mejores galas con plumajes brillantes y coloridos; y el caso de los machos, estos demuestran la estupenda forma física en la que se encuentran. A esta exhibición de su aspecto le acompañan otros comportamientos como peculiares danzas de cortejo, movimientos, vocalización o pequeños obsequios hacia la hembra, en forma de alimento. Estos comportamientos sirven para que la hembra se decida por un macho con el que comenzar el proceso reproductivo. “El macho tiene que demostrar que está en su mejor momento y que será capaz de proveer a la hembra y a las crías de todo lo necesario”.
El macho tiene que demostrar que está en su mejor momento y que será capaz de proveer a la hembra y a las crías de todo lo necesario
Por ejemplo, el proceso de cortejo de los cálaos está lleno de particularidades. Aquí las hembras son muy selectivas, la estimulación que logre el macho es fundamental para que esta ovule y ponga huevos fertilizados. El cortejo se inicia con un juego de aleteo y un acercamiento entre ellos. Durante los días que dure este proceso, el macho coquetea con la hembra, juega con ella. Una vez que la hembra acepte al macho, se aparearán.
Los flamencos delatan a sus cuidadores que están en celo con particulares movimientos. Una coreografía perfectamente sincronizada en la que despliegan sus coloridas alas, estiran el cuello, giran la cabeza de lado a lado o caminan juntos cambiando de dirección de forma inesperada. Es el momento del cortejo, punto de partida de su reproducción.
En algunas otras vemos comportamientos como intensos aleteos para marcar el territorio en los faisanes, crocoteos en las cigüeñas o como los casuarios dejan literalmente de comer cuando deciden dedicarse a sus labores de cortejo.
La mayor parte de las especies de reptiles y anfibios coinciden con el periodo reproductivo de las aves. Los meses de marzo, abril, mayo y junio se convierten en los ideales para iniciar sus cortejos y apareamientos. En el caso del falso gavial, o también conocido como tomistoma, es el macho el que elige con qué hembra aparearse. Estos se acercan nadando alrededor de ellas, ambos sexos se golpean con la cola y se el macho es aceptado, se produce la cópula.
Los equipos de Zoología y Herpetología de BIOPARC Fuengirola trabajan durante estos meses para simular todas las condiciones ambientales para que puedan realizar sus cortejos
Ambos equipos comienzan a desarrollar una serie de trabajos que se engloban en un “protocolo de cría”. Estos estudian sus comportamientos para garantizarles todos los recursos que pueden necesitar en el periodo reproductivo. Por ejemplo, proveerles de alimento o materiales para que puedan construir sus nidos, así como simular las posibles condiciones atmosféricas que se dan en sus hábitats naturales (lluvia, niveles de humedad o temperatura).