Solo un año después de la inauguración de la nueva zona, Indo-Pacífico, los visitantes ya pueden contemplar las cópulas de la pareja de estos saurios (los más grandes del mundo) en la espectacular recreación de su recinto. Será una relación de ‘amor’ intensa y efímera, ya que una vez pase el celo de la hembra se separarán, al igual que ocurre en la naturaleza.
Martes, 31 de marzo de 2015.- La primera vez que Reo (el macho de Komodo, de 10 años de edad) y Sayang (la hembra, de ocho años) estuvieron en contacto directo, el equipo de Herpetología y veterinaria de Bioparc Fuengirola contuvo la respiración, emocionados y expectantes ante lo que estaban a punto de presenciar. Atrás quedaba un mes de aproximaciones paulatinas (en los reptiles no abunda lo que se conoce como cortejo), durante el cual los cuidadores desempeñaron un importante papel de ‘celestinos’, observando cada reacción de la futura pareja. Tras salvar los pocos pasos que les separaban, los únicos dragones de Komodo que viven en Andalucía se fundieron en un abrazo tranquilo que resultó ser el preludio de una cópula que duraría horas y que los visitantes pueden contemplar, ya que están a la vista del público.
Debido a que los dragones de Komodo son animales muy territoriales, es muy habitual que en cautividad se mantengan en instalaciones separadas hasta que llega el momento adecuado para la reproducción, es decir, cuando la hembra entra en celo. Estos días, coincidiendo con el inicio de la primavera ya pueden verse juntos y copulando, algo que pocos han tenido la fortuna de contemplar fuera de las islas de Komodo y ahora por primera vez puede verse, como si de un documental en directo se tratase, en la Costa del Sol. Si todo va bien, dentro de un mes podríamos ver los primeros huevos de Komodo malagueños.
Reo y Sayang, una historia de ‘amor inusual’
Detrás de la primera cita de la pareja de dragones ha habido un concienzudo y planificado trabajo del equipo de Herpetología de Bioparc, que poco a poco fomentaron el acercamiento entre ellos durante el mes de marzo. Primero, empezaron presentando al macho, Reo, y a la hembra, Sayang, en una instalación especialmente preparada para que tuvieran un contacto protegido, fuera de la vista del público para que tuvieran intimidad. Durante ese mes, cada vez se les veía más interesados el uno en el otro y frecuentemente se les veía olfatearse y tocarse con la lengua.
Finalmente, el miércoles 25 de marzo entraron en contacto directo, ante la atenta mirada de herpetólogos y veterinarios, que supervisaron muy de cerca esos primeros momentos, ya que se han descrito agresiones especialmente del macho hacia la hembra si ésta no está totalmente receptiva. Nada más lejos de lo que pasó. Aunque está descrito que los machos pueden sujetar a las hembras mordiéndoles el cuello como otras lagartijas, la pareja de Bioparc no se comportó así, y la hembra facilitó al macho meter la cola por debajo de la suya para favorecer la cópula. Lo que más sorprende al equipo técnico es la duración de las cópulas, ya que cada día desde la primera vez que se unieron se pasan varias horas enganchados en un abrazo completamente tranquilo.
En los Dragones de Komodo, el periodo de cópulas puede durar aproximadamente un mes y es probable que la hembra se vaya haciendo más independiente según se acerque el momento de poner los huevos y se aleje de manera natural.