26 abril 2022

¿Qué debes hacer si encuentras un polluelo fuera de su nido?

Con la llegada de la primavera y el verano, es más que habitual toparse con algún polluelo fuera de su nido y sin sus padres. En la gran mayoría de los casos estos pequeños no están ni perdidos ni abandonados, simplemente están aprendiendo a volar. En ocasiones, se alejan un poco más de lo normal o pueden haberse caído del nido al intentar realizar el primer vuelo de su vida.

Por este motivo, es importante saber qué hacer si nos encontramos algún polluelo volantón por las calles, parques o cualquier otro entorno.

Antes de nada, está bien conocer algunas de las aves que podemos encontrarnos, cada una con sus peculiaridades:

  • Nidícolas: son las que permanecen en el nido y dependen de los padres para obtener alimento, calor y las que, con mayor probabilidad, sean las que se han caído del nido. Algunas de ellas son los gorriones, jilgueros o golondrinas.
  • Nidífugas: se conocen con este nombre a las aves que tras nacer salen del nido e incluso son capaces de caminar o correr horas después de eclosionar. Un ejemplo de ello, son los cholitejos patinegros, muy comunes en las zonas de playas, espacios en los que suelen hacer sus nidos.
  • Vencejos: son los que se lanzan a volar directamente desde el nido. Desde que salta de este, no vuelve a posarse hasta los dos años, justo en el momento que van a criar. Son las aves que, si caen al suelo, no pueden remontar. Antonio Garrucho, ornitólogo de Bioparc Fuengirola, nos indica que no necesariamente tienen que estar heridos, simplemente pueden haber chocado con algo. Por ello, debemos asegurarnos que no tengan ninguna lesión y darle la posibilidad de remontar el vuelo, cogiéndolo en nuestras manos, mejor en un lugar algo elevado, y ellos por si solos se lanzarán.

Ahora, sí. ¿Qué hacer si nos topamos con alguno de ellos?

Una de las principales cosas a tener en cuenta es que debemos ser prudentes. No siempre lo que creemos que es bueno – como, por ejemplo, llevarlo a casa -, es lo correcto.

Al toparnos con una cría y antes de cogerla, debemos revisar la zona en la que la hemos encontrado. Intentar visualizar el nido o los adultos que se encuentren cerca, porque es probable que simplemente debamos dejarlo donde está. Si no es el caso, podemos dejarlo en un lugar seguro, elevado y por supuesto, cercano al punto de encuentro. De este modo, facilitaremos a sus padres la localización del polluelo.

Si te topas con la cría en una zona peligrosa, de paso o en la que pueda haber gatos cerca, puedes dejarlo en un espacio con ramas, pero no alejada del lugar. Y si estuviera herido, puedes acercarlo a algún centro de recuperación animal.

Estas situaciones pueden verse en el propio Bioparc Fuengirola con especies que, aunque no pertenecen a las albergadas, aprovechan la zona arbolada para construir sus nidos. Crían dentro del parque. Si nos visitas podrás toparte con pequeños mirlos o currucas capirotadas. Si es así, déjalos pasar. Sus nidos y padres están cerca.

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